A vueltas con la crisis

Dejo aquí mi columna en La Comarca del pasado viernes. Sorprende que dos años y medio después, nuestros próceres más "responsables" se pongan a trabajar en una apuesta conjunta contra la crisis. Ya era hora, joder, ya era hora. Que vergüenza, que poco sentido de la responsabilidad. Pienso lo mismo de aquellos que desde las Cortes Aragonesas, defienden que aquí, en nuestro pequeño país aragonés, ya hemos pasado lo peor. Que se lo digan a las gentes del Jiloca, de Cuencas Mineras, de La Iglesuela del Cid o de Cantavieja, a los trabajadores de Alfonso, o a los cientos de autónomos que echaron el cierre hace días ( y eso hablando de las tierras turolenses). 

            Qué será de nosotros ahora que ha llegado lo peor de la crisis al Bajo Aragón. Algo habrá que hacer para salir de esta. De repente se suceden los ERE´s, mientras seguimos sin ver las soluciones. Aquí no se come ni de las promesas, ni de la megalomanía. Mosquea que digan que lo más gordo aún está por llegar. Solo nos faltaba el problema del carbón, del que ha surgido el del transporte, peligrando cientos de empleos ligados a ese sector.

            El origen de nuestros males lo encontramos en la falta de planificación. En los años 90 se reclamó una reconversión sobre el sector minero, que con el tiempo se ha revelado como un fracaso. Dejamos el monocultivo del carbón, y nos pasamos al de la arcilla. Pasamos de depender en exclusiva de un mineral contaminante, que aún con todo sigue marcando el rumbo de nuestra economía, a un sector dependiente del mercado inmobiliario, que ya no volverá a ser el que fue. Y lo peor ¿Qué hay de los millones de euros de subvenciones a grandes empresas que ya han cerrado?

            Ni entonces, ni parece ser que ahora, contamos con dirigentes capacitados para realizar una planificación acorde a los principios que rijan el mercado del futuro. Tenemos los mimbres. Hace falta un nuevo modelo de desarrollo. Una apuesta decidida por la agricultura y la ganadería ecológica, que incentive el sector agroalimentario. Apoyemos sin fisuras a las micropymes, a los autónomos. Preservemos nuestro paisaje y nuestro medio. ¿Qué hay de la energía a partír de la biomasa, qué hay de la planta solar del Bajo Martín, qué hay de la gestión de nuestras masas forestales? Demasiadas preguntas sin respuesta. Por desgracia seguiremos a vueltas con la crisis.