Ayer ser reunieron diversos grupos ecologistas ( Ecologistas en Acción, Ansar, SEO/BirdLife y la Plataforma en Defensa de las Montañas) para pedirle al Gobierno de Aragón que reconsidere su política de desarrollo de las montañas. Lo hicieron a la luz de todos esos informes científicos que han confirmado el calentamiento global del planeta a consecuencia del cambio climático. Pienso que al gobierno lo que deberíamos de darle es en los morros de una vez todos los aragoneses y aragonesas, por su catastrófica gestión de nuestras montañas.Los ecologistas anuncian también una nueva campaña de recogida de firmas para solicitar que las Cortes aragonesas aborden un debate técnico, similar a la Comisión del Agua, que estudie tanto "el crecimiento insostenible del Pirineo como la crisis del modelo turístico basado en el esquí, ya que no habrá nieve a menos de 2.000 metros de altitud". Lo malo, y eso también lo saben los ecologistas, es que el Gobierno de Aragón y sus secuaces del ladrillo pirenaico, harán todo lo posible porque eso de proteger nuestra montaña, nuestro patrimonio natural, no progrese, igual que sucedió no hace mucho con aquella Iniciativa Legislativa Popular, de la Plataforma en Defensa de las Montañas, que a pesar de estar avalada por 30.000 firmas, ni siquiera fue admitida para su debate.El caso es que hoy nos desayunamos con los corrimientos de Yesa, ayer con la desaparición de nuestros glaciares, el otro día con las cuentas del esquí y mañana quien sabe cual será la próxima sorpresa. Habrá que confiar en que la recién creada Oficina del Cambio Climático sea una "buena oportunidad" para estudiar estos efectos, y no solo sirva para colocar a 4 o 5 más estómagos, en adelante agradecidos, aunque a mi me caben serias dudas. Solo veo que esto se nos va al carajo, y temo, que tal y como ya está sucediendo, el próximo objetivo sean las montañas de Teruel, y es que por aquello de que al ladrillo valenciano se le acaba la costa, le hacen poner las miras en lo más alto, y aquí tampoco le va a faltar la complicidad de la administración, que todo sea por esquiar con nieve artificial y luego vender la bondad de la temporada.
Ayer ser reunieron diversos grupos ecologistas ( Ecologistas en Acción, Ansar, SEO/BirdLife y la Plataforma en Defensa de las Montañas) para pedirle al Gobierno de Aragón que reconsidere su política de desarrollo de las montañas. Lo hicieron a la luz de todos esos informes científicos que han confirmado el calentamiento global del planeta a consecuencia del cambio climático. Pienso que al gobierno lo que deberíamos de darle es en los morros de una vez todos los aragoneses y aragonesas, por su catastrófica gestión de nuestras montañas.Los ecologistas anuncian también una nueva campaña de recogida de firmas para solicitar que las Cortes aragonesas aborden un debate técnico, similar a la Comisión del Agua, que estudie tanto "el crecimiento insostenible del Pirineo como la crisis del modelo turístico basado en el esquí, ya que no habrá nieve a menos de 2.000 metros de altitud". Lo malo, y eso también lo saben los ecologistas, es que el Gobierno de Aragón y sus secuaces del ladrillo pirenaico, harán todo lo posible porque eso de proteger nuestra montaña, nuestro patrimonio natural, no progrese, igual que sucedió no hace mucho con aquella Iniciativa Legislativa Popular, de la Plataforma en Defensa de las Montañas, que a pesar de estar avalada por 30.000 firmas, ni siquiera fue admitida para su debate.El caso es que hoy nos desayunamos con los corrimientos de Yesa, ayer con la desaparición de nuestros glaciares, el otro día con las cuentas del esquí y mañana quien sabe cual será la próxima sorpresa. Habrá que confiar en que la recién creada Oficina del Cambio Climático sea una "buena oportunidad" para estudiar estos efectos, y no solo sirva para colocar a 4 o 5 más estómagos, en adelante agradecidos, aunque a mi me caben serias dudas. Solo veo que esto se nos va al carajo, y temo, que tal y como ya está sucediendo, el próximo objetivo sean las montañas de Teruel, y es que por aquello de que al ladrillo valenciano se le acaba la costa, le hacen poner las miras en lo más alto, y aquí tampoco le va a faltar la complicidad de la administración, que todo sea por esquiar con nieve artificial y luego vender la bondad de la temporada.
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