Son las cosas de Teruel
Teruel vive estos días en un estado de permanente sobresalto, a propósito de la desbandada de Miguel Ferrer y una cuarentena de cargos públicos, que abandonan el PAR. Sus razones tendrán, que diría aquel, y como dice el refranero que cada palo se aguante su vela. A mi lo que le pase al PAR me la suda; por mi como si desaparecen, se autoinmolan, se dividen, o lo que les de la gana. Sabedores son los visitantes de esta bitácora de qué es lo que opino de esa estructura clientelar, que ejerce como partido, oscilando a izquierda o derecha, sin más criterio que el de la permanencia en el poder. Todos sabemos qué es esto de los partidos.
Diré también, que los hay (y conozco a más de uno en el PAR) que dan la cara, que militan y trabajan comprometidos con una tierra y con una idea, y que distan de ese modelo de cargo interesado y enchufado. A ellos, sobre todo a mis amigos, mi reconocimiento y afecto.
Pero no quería hablar del PAR, quería comentar el esperpento turolense, sus consecuencias, y lo que de espectáculo dantesco y mezquino tiene para la ciudadanía. Si ya de por sí la clase política estaba desprestigiada, vienen ahora estos y aún la cascan más. Analizando el asunto en la distancia, a quien se le debe lealtad en estos casos:
- Se la debe el militante/alcalde al partido.
- Se la debe el militante/alcalde al electorado.
- Se la debe el militante/concejal al partido, o al alcalde.
- Se le debe al presidente que ordena y manda.
No es lo mismo ser alcalde de Gargallo/Villastar (p.ej), que de Teruel. ¿A quien se es leal en ese caso, a una idea, a una persona? ¿En base a qué criterio se hacen las listas, o las hacen algunos? Lo hacen sobre el reparto de prebendas varias, de promesas, o sobre un programa/ideario que define un proyecto político. La cosa está muy mal en este sentido, ya quedamos pocos aferrados a las ideas. Hay gente tan capaz que se puede presentar por cualquier lista, y el pueblo le vota. Los hay tan cretinos y tan caciques, que pueden hacer lo mismo, saben que el pueblo, por sus santos cojones, les votará. Y los hay que buscan lo mejor para sus vecinos, y se dejan “convencer” por el mejor postor. Ahora bien, una cosa es dejarse seducir, y otra es ser tan tonto como callar ante cualquier cosa. Digo yo, que por fortuna queda gente en esta hermosa tierra, dura y salvaje, con algo de ideas, de sentido común y mucha dignidad.
El pecado original de todo este proceso nace de esas luchas de poder que se desatan tras las elecciones, cuando el territorio se ve como un tablero en el que se intercambian piezas y cromos. Al fin y al cabo, lo que menos parece importarles a algunos en esos casos, es la gente. Así pasó con las comarcas, y así van la mayor parte de ellas, gobernadas por presidentes incapaces y mediocres (vease el Bajo Aragon). De esa disputa/reparto territorial, surgió el problema de Teruel. Entregar/ceder el gobierno a una lista con 4 concejales, sobre 21 electos, es una falta de respeto al electorado y a la democracia, tal cual lo concibo yo. Y de aquellos polvos….
Lo peor de todo es la irresponsabilidad con la que parece manejarse esta situación. Decir que uno se alegra de esto porque así renueva el partido, que la situación genera corrientes de simpatía…oiga que es que lo que se queda en la estacada, y ya veremos como se resuelve, es el gobierno municipal de la tercera capital aragonesa, ahí es nada. Que sí, que uno puede estar muy deseoso de las elecciones de mayo, pero hasta entonces una de las ciudades más endeudadas de España deberá de afrontar el día a día en unas condiciones lamentables. ¿Se garantiza el pago a los proveedores? ¿Se garantiza la prestación de todos los servicios a la ciudadanía? ¿Se resolverán asuntos como la Perimetral o el PGOU, en los que tanto dinero y esfuerzo se ha invertido?
A mi todo esto me provoca verdadero estupor, y me da asco. ¿Dónde están ahora los nuevos, flamantes y poderosos cargos orgánicos, para hablar al respecto? Y ahí están mis compañeros de CHA Paco Martín y Pepe Navarro (magnífica disertación en su blog ), ante una situación que no hay por dónde coger. No me cabe duda de que aportarán todo el sentido común y coherencia, a la búsqueda de darle solución al problema y estabilidad a la ciudad. Encima de la mesa no está el futuro de los partidos en mayo (que es lo único que importa a algunos), es el mañana inmediato de una ciudad con más de 30.000 habitantes, que tiene unas necesidades que cubrir, y merece un respeto, que hasta la fecha le están demostrando muy pocos.
1 comentario
Uno -