Seamos solidarios

    Hablaría de muchas cosas, pero el cuerpo me pide dedicarle unas líneas a Haití, ese país hasta ahora olvidado, en el que se ha cebado la desgracia. Un devastador terremoto se ha llevado por delante la vida de cientos de miles de personas, ha arruinado la de millones, y ha desvelado las miserias occidentales ante una catástrofe sin precedentes.
    De todo lo que he visto y leído estos días ha habido dos cosas que me han cabreado mucho. La primera de ellas es ver que los americanos nunca cambian, y que hasta en una desgracia descomunal como esta, encuentran argumentos para dar pábulo a su imperialismo. El desembarco marine para tomar posiciones y hacerse con el control del país es demencial;  una muestra mas de que estos nunca cambian, y de que Obama ni es, ni será lo que parecía que iba a ser. Clamoroso en todo esto es la respuesta europea, con una diplomacia capitaneada por España que no pinta un colín, y con los franceses queriendo hacer la guerra por su cuenta, al reclamar su papel como antigua metrópoli. Y entre tanto los haitianos siendo victimas del paripé internacional, y abandonados en muchos casos a su suerte.
    La segunda cosa que me ofende, además de indignarme, es que hasta en la desgracia ajena se ceba el egoísmo de los bancos, que han hecho caja cobrando gastos bancarios y transferencias a las donaciones de ayuda. Que asco me dais, máxime cuando hace un año fueron los gobiernos los que acudieron en vuestra ayuda.
    Mantengo mi fe en el mundo al ver la oleada de solidaridad internacional y la abnegada entrega de las ONG´S que han dado la cara como siempre, y que hacen que alberguemos algo esperanza. Seamos solidarios. Haití y sus gentes bien lo merecen.