AUTÓNOMOS. LOS ETERNOS OLVIDADOS

Mi columna del viernes en La Comarca

En estos tiempos en los que pintan bastos para todos, hay un colectivo que lo pasa realmente mal, y ello aún cuando permanece ajeno a los grandes titulares, a las medidas correctoras y de apoyo ante la tan manida crisis. Quiero hablar de los Autónomos, de esos carpinteros, yesaires, herreros, electricistas, alicatadores, hosteleros, etc, de los que nadie dice nada estos días. Quiero aludir a la insolidaridad del gobierno, a la falta de políticas de apoyo a ese sector.

            En lo que llevamos de año ha habido 900 bajas de la seguridad social entre los autónomos aragoneses, con lo que ello ha supuesto para sus familias, sus trabajadores y ellos mismos. El impacto de esas 900 bajas es impresionante, supone lo mismo que los Expedientes de Regulación de Empleo que aplican en la Opel, o en la Nissan, pero el problema es que esas bajas se suceden como un goteo imparable, pero de una en una. La desventaja de los autónomos siempre ha sido su condición dispersa, su falta de fuerza como colectivo. Los autónomos, y lo sé porque esa es una condición inherente a mi familia, no hacen huelgas y no cogen bajas. A ellos que han padecido y padecen más que nadie a los morosos, que deben capear constantemente con los impagos, y que son el tejido que sostiene nuestra economía, nadie les presta atención, y así les va.

            Los medios se llenan todos los días con grandes titulares, que hablan de quiebras empresariales y de  los “problemas” de los dichosos banqueros (esta semana han presentado sus inmorales beneficios). “Papa” Estado con el dinero de todos, les protegerá para que no pierdan dinero; a unos con préstamos y a las grandes empresas aprobándoles todo tipo de ayudas y exenciones. Pero el drama de nuestros autónomos no lo refleja nadie. Así que en estos momentos yo también soy autónomo, y exijo que se les proteja. Que ya pensaremos en los bancos y en las expos de las flores cuando toque, pero que ahora tenemos a cientos de familias que lo están pasando mal, muy mal, y que tendrán que cerrar sus negocios, despidiendo a sus trabajadores, si no lo están haciendo ya. Exijamos que se haga algo, que se invierta de una vez. Suerte que en este caso los agentes sociales se han plantado de verdad ante el incumplimiento del Plan Específico de Teruel, ya era hora.