COMARCA DEL BAJO ARAGÓN
No se distingue precisamente el proceso comarcalizador por levantar excesivo entusiasmo entre los ciudadanos bajoaragonese. Por fortuna existen excepciones, comarcas en las que los logros se suceden, se innova, se gestiona eficazmente y se percibe a una ciudadanía satisfecha. Decía que existen excepciones para lo bueno y para lo malo, y políticos de talla que cumplen con su trabajo y sirven a sus conciudadanos, y otros que no son capaces de estar a la altura.
La Comarca del Bajo Aragón no es precisamente un paradigma de la eficacia, y eso se percibe con nitidez entre la ciudadanía. La Comarca del Bajo Aragón no es una comarca modélica, y para ello solo basta conversar con los propios consejeros, o simplemente con el asociacionismo bajoaragonés. Cuando no son las trabas y la lentitud burocrática, son las decisiones sorprendentes las que levantan el estupor de muchos, y es que todos tenemos la sensación de que las cosas pueden hacerse mucho mejor. Desde luego que la responsabilidad es única y exclusivamente de los políticos, del equipo de gobierno por un lado, y también porque no decirlo, y en la parte que nos toca, de la propia oposición, que en ocasiones quizás hemos pecado de condescendientes y de bien pensados (lo digo en la parte que me toca).
En cualquier caso, si por un lado está el descontento público y manifiesto del asociacionismo, sometido al caprichoso destino de la burocracia, por otro está el de los ciudadanos de a pie, quienes muestran sus dudas con el proceso, y que abiertamente se pronuncian con aquello de que antes todo funcionaba mejor y con menos costes. A ese respecto también cabe señalar la responsabilidad del Gobierno de Aragón, que congeló la transferencia para el presente ejercicio, y eso cuando ni siquiera se sube el IPC, condiciona y mucho. De cualquier modo lo que queda es un regusto amargo, demasiadas quejas, demasiadas dudas, y demasiadas cosas que querer decir. Queda la sensación de que el proceso no ha sido el mejor y que ha dejado muchas lagunas, y queda la certeza de que el gobierno de esta comarca no ha sido capaz de ilusionar a la ciudadanía con un proyecto estrella, con una filosofía que aglutine. Hace falta acabar con esa sensación de que se contraponen siempre los intereses de los pueblos grandes frente a los pequeños.
A todo esto hay que añadir una flagrante falta de liderazgo, y la sensación de que los engranajes de la coalición no han funcionado con la precisión que cabía esperar. Es por ello por lo que CHA pidió ayer en un pleno que se celebrase un debate sobre el estado de la Comarca, una sesión monográfica en la que debatir y tratar cuantos temas sea necesario, y de paso poder ejercitar el sano ejercicio del debate político. Pensamos que no podemos esperar más, que ahora es el momento de llevar a cabo ese debate, a imagen de otras instituciones.
¿Qué pasa con la Casa Mainar, con las subvenciones, qué sucede con las ayudas a los equipos deportivos, con la publicidad, con los proyectos que no han sido puestos en marcha, con el sentido de los días de la Comarca, con los morosos, con las promesas incumplidas, con la red de albergues? ¿Qué pasa con la comarca del Bajo Aragón? Queremos un debate que aclare estas y cualquier otra duda, y queremos que se sienten las bases de un nuevo proyecto, uno que ilusione, que aglutine, y que identifique a todos los ciudadanos del Bajo Aragón, que les haga sentir orgullosos de formar parte de esta comarca.
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