Sobre el Desarrollo Rural
Adjunto un artículo de opinión que publiqué el pasado viernes en el Diario de Teruel.
Si existe un término que se usa y modela al antojo de los interesados es el del Desarrollo Rural. Algunos empezamos a estar hartos de la frivolidad con la que se utiliza ese concepto, y no es para menos, porque existen interpretaciones para todos los gustos. Si nos adentramos en lo conceptual, en lo filosófico, deberíamos saber primero ¿Qué es el desarrollo rural? Hablamos de ruralidad atendiendo a la demografía, a las densidades, a los servicios, a las distancias. Hablamos de desarrollo rural sobre la base de la corrección de desequilibrios, sobre el apoyo a emprendedores. ¿De qué estamos hablando?
Hablar de Desarrollo Rural en Teruel dista mucho de hacerlo en Andalucía, lo que aquí poco menos que consideramos como panaceas urbanísticas y grandes poblaciones, caso de Alcorisa, Calanda, Montalbán, Calamocha, etc., en otros lugares no pasarían del rango de aldeas o pedanías.
Nuestros pueblos de poco más de 300 habitantes serían algo así como barrios rurales, y qué decir de los que adquieren el rango de concejos. En todo este cúmulo de contrastes conceptuales, Alcañiz, la urbe de referencia Tierra Bajina, no dejaría de ser un pueblo pequeño en el espectro andaluz, y nuestra capital Teruel, estaría a la cola de las localidades españolas de entre 30.000 y 40.000 habitantes.
¿De qué hablamos pues, por qué se permiten algunos el lujo de frivolizar con ciertos conceptos? ¿Por qué en política lo primero es hablar siempre de favorecer el desarrollo rural? Y lo que es más importante, ¿cómo se va a impulsar ese desarrollo? ¿Qué políticas se proponen, que medidas se impulsan para hacerlo?
Ante la elocuencia de quienes hablan de ese “desarrollo rural”, nos cabe la duda de preguntarles, ¿qué acciones serán las que desarrollen de forma inminente en una localidad de menos de 100 habitantes, con una pirámide poblacional invertida, con un colegio cerrado desde mediados de los 70, y sin ninguna actividad económica más allá de la agropecuaria?
Dirán a ese respecto, que su prioridad sigue siendo el desarrollo rural del pequeño municipio, y hablarán casi seguro de mejorar los servicios, de apoyar a la mujer, de generar empleo y de atraer nuevos pobladores. Cumplirán pues con lo que se describa en el manual del “Desarrollador Rural”, pero seguiremos tal cual estábamos.
Todo tiene cabida bajo el paraguas del Desarrollo Rural, y máxime ahora que se le añade la coletilla de “sostenible”, lo que poco menos que parece conceder una indulgencia plenaria a cualquier proyecto. Ahora resulta que cualquier cosa que se haga en medio del campo es desarrollo rural porque sí, aunque carezca de cualquier lógica, sin modelo aparente, y aunque suponga una transformación radical del espacio.
En un horizonte temporal relativamente breve, el panorama que se nos dibuja, no es ni mucho menos el más halagüeño, muchos de nuestros pueblos están sumidos en procesos irreversibles, sin posibilidad de recambio generacional, abocados a la desaparición, y ante esa realidad hay quienes se permiten el lujo de frivolizar con el desarrollo rural. Habremos de ser un poco consecuentes y serios, llamar a las cosas por su nombre, al “parcheo”, “parcheo”, y a las políticas integrales, políticas integrales.
El Desarrollo Rural debe de responder a un plan integral, debe servir para ordenar el territorio, no para transformarlo radicalmente. Lo recomendable es que responda a un proceso progresivo, que permita detener la pérdida de población, integrar a los nuevos pobladores, que contribuya a recuperar y valorizar los recursos tradicionales, de modo que se palien los efectos de la pérdida poblacional. Debe servir para dignificar la vida en los pueblos, para generar empleo, un empleo por otro lado sostenible, estable y de calidad, debe mirar a la mujer y a los jóvenes, y debe ir acompañado de políticas sociales que pongan fin a los déficits tradicionales del campo. Apoyar a los emprendedores, garantizar el acceso a los servicios y la mejora de los mismos, y modernizar las infraestructuras, resulta en estos casos imprescindible.
Entre tanto y hasta que alguien no diga lo contrario, seguiremos padeciendo la insolencia de quienes hablan sin saber, de quienes frivolizan sobre nuestro futuro, sobre el mañana y deberían de hacerlo con la responsabilidad y mesura de quienes detentan cargos públicos y se deben a los ciudadanos. Y es que pese a quien pese, eso de lo que tanto se habla en la mayor parte de los casos, sigue sin lograr el desarrollo del medio rural.
2 comentarios
Ángel -
Feliz Año para tí también
Mestizo -
Se supone que CHA defiende el desarrollo sostenible del territorio. A qué tiene miedo??
Espero que desde tu posición en el Consello puedas hacer algo, si es que ya no es tarde.
Salud y feliz año¡