UN ROLDE DE PAROLAS
Hace una semanas, inicié mi colaboración con el Periódico LA COMARCA, hoy cuelgo aquí mi primera columna. Ese nuevo espacio que me han brindado lo quise titular "UN ROLDE DE PAROLAS" en homenaje a la lengua aragonesa y a una de las últimas publicaciones del Rolde de Estudios Aragoneses en la que colaboré y que llevaba por título "Un Rolde de Parolas e de musas ziento". Ahí va
PENSAMIENTOS DESDE EL VOLANTE
Imaginen una jornada maratoniana de trabajo, desde las 5 de la mañana al volante del camión, en pleno mes de julio y con el sol cayendo a plomo todo el día. Entre tanto un par de viajes al puerto de Barcelona padeciendo la dureza del asfalto, las esperas y con toda una semana de conducción a las espaldas. Es un viernes a eso de las 7 de la tarde, y el chofer en cuestión no ve la hora de llegar a casa, deseoso de darse una ducha y de comenzar a disfrutar del fin de semana. De esa misma estampa podía formar parte un carpintero que regrese de colocar puertas, un albañil, un repartidor, cualquier trabajador o trabajadora, o viajero eventual que ansía el final de la jornada del viernes, después de 5 días de curro veraniego. En el otro extremo los que van camino de la playa, ansiosos de sol y aglomeraciones, esos que ha acumulado horas en los últimos días para poder salir un poco antes y disfrutar de un rato más en su destino de fin de semana.
En medio de todos ellos, para unirles en la desesperación y en el atasco, está la travesía de Alcañiz, el “pan nuestro de cada día” al final de la jornada laboral, que se hace más acuciante si cabe al llegar la tarde del viernes. Y eso por no hablar de otros momentos puntuales a lo largo de la semana, con picos de tráfico muy reconocibles para todas las gentes de Alcañiz y de la Tierra Baja.
Imaginen lo que se tiene que sentir y decir en esos momentos, que poca ternura en los pensamientos. Decía el chofer en cuestión que hay que padecer esos instantes, hay que sentir ese cabreo y esa rabia por la desesperante espera, para saber lo que es la mala leche de verdad, la que se le ponía a este profesional del volante, como a tantos otros, ante la sola posibilidad de pensar en seguir unos cuantos años más padeciendo este tormento sin visos de solución. Ese mismo chofer decía que su único consuelo, como el de otros muchos “esforzados de la ruta” es que por fin, parece que en Alcañiz se va a hacer la variante. Entre tanto y hasta dentro de un tiempo, esta y todas las tardes más de lo mismo. Paciencia y aire acondicionado que no les falte y que les sea leve, no vaya a ser que con tanto ruido, al final se consiga y la paren.
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