La Variante de Alcañiz

Llevo mucho tiempo mosqueado con el asunto de la variante de Alcañiz, me irrita profundamente el como algunos hacen un uso partidista, sectario y sobre todo electoralista, de esta cuestión. Desde hace muchos, muchos años, venimos demandando esa variante, y es que debemos de entender que la ronda de Alcañiz no es solo una cuestión de interés local, es una obra de interés general, es algo imprescindible y necesario, es una cuestión que trasciende no ya a lo municipal, sino también a lo comarcal, es poco menos que una razón de estado, y no podemos estar día sí, día no, mareando la perdiz. Miren ustedes, las firmas deberían de recogerse entre los usuarios, entre los miles de transeúntes que cruzan la ciudad calatrava con sus coches, entre los miles de camioneros que la sufren, entre las decenas de miles de usuarios del hospital, entre los consumidores y usuarios de los servicios públicos que se localizan en Alcañíz, porque no olvidemos que la ciudad crece con nosotros.

Creo que estamos ante una oportunidad histórica, y no se puede ir por la vida con semajante carga demagógica, y máxime cuando recuerdo que al principio de la legislatura todas las formaciones políticas de la comarca del Bajo Aragón, con el apoyo de otras instituciones, participamos, secundamos y dimos nuestro apoyo a una manifestación que además de pedir el desdoblamiento de 232, incidía en la necesidad de hacer de una vez por todas la dichosa variante. Pues bien, ahora que se va a hacer a los de siempre no les gusta, y que curioso que se dice a meses vista de las elecciones, con argumentos peregrinos. Claro que en lugar de cambiar el trazado también se podía aspirar a soterrarlo, puestos a decir sandeces....

Lo dicho, que como en estas cosas se impone el consenso, las 4 principales fuerzas políticas de Aragón lo han tenido y lo tienen muy claro, adelante con la variante, adelante con el desarrollo de nuestro territorio, adelante de verdad y de una vez por todas. Lo necesitamos por seguridad, por nuestro necesario crecimiento, por los miles de ciudadanos que acuden a diario y que atraviesan Alcañiz, y porque tratar de poner zancadillas a una obra vital, es zancadillear el progreso de la Tierra Baja, y en eso ningún bajoaragonés puede estar de acuerdo.