Sobre columnas y columnistas
Al igual que uno de mis compañeros alcorisanos, y mucha de la gente con la que hablo, yo también siento una profunda admiración por José Luis Trasobares, se puede ser independiente, decir las cosas como son, desde el pluralismo de ideas, sin fobias y con la verdad por delante.
Por el contrario me parece injusto, incoherente y un preponte sin medida, su vecino de periódico, Juan Bolea, a la sazón pseudo-intelectual y pseudo progre, que parece haber olvidado su paso por la corporación municipal de Zaragoza, como concejal de cultura del PP, con la Rudí como alcaldesa, que cortica que es la memoria, Bolea, que cortica. Ahora abandera el pensamiento progre, critica sin medida a los que fueron compañeros y a nosotros, porque no le caemos bien. Al personaje en cuestión le pasa que le cae mal la gente de CHA, no entiende que se pueda abanderar el progresismo desde un partido como la Chunta, y ahí está día sí, día no repartiendo estopa a Gaspar y su gente. Son paradigmas, son posturas ante la vida, son dos maneras diferentes de entender el columnismo, y yo sin duda me quedo con la contundencia, la claridad y la fina ironía que se destila de los comentarios de Trasobares. Como muestra adjunto a este post, su columna del martes, una breve muestra de lo que dice y de como lo dice.
Al talego
El Independiente por J. L. Trasobares.
28/11/2006
Ayer mismo, mi colega Concha Montserrat contaba en Radio Zaragoza que la CNN+ había hecho un mapa de la corrupción inmobiliaria en España. Oye, y resulta que Aragón aparecía allí tan limpio de polvo y paja cual si fuera la tierra de Jauja, el Limbo de los justos o la misteriosa Ínsula Barataria. Yo mismo imaginé el susodicho mapa y me sentí transido de inocencia, transportado por la etérea gracia de los santos. Y pensé: ¡Gracias, oh dioses inmortales! Al fin he conseguido que mi ínclito país sea un territorio blanco e inmaculado a salvo de las oscuras putadas urbanísticas que llevan ante los tribunales de justicia a concejales y alcaldes de media España. Aragón, no; Aragón es otra cosa.
Por supuesto que es otra cosa. Lo único, que cuando leo o escucho las causas por las cuales este o ese alcalde ha ido al talego (como el de Andraitx ayer) me suenan tanto (¡pero tanto, tanto!) que acabo desconcertado. A lo mejor no son actividades exactamente iguales a las que se dan en ese pueblo próximo a Zaragoza o Huesca, o en aquel otro del Pirineo... pero se les parecen cosa mala. Es más, yo diría que son idénticas. Aunque quizás estoy ido de vareta. A saber.
Lo que sí tengo claro es que, como aquí aparezcan jueces y fiscales que tiren de la manta y apliquen lo que empieza a ser jurisprudencia de uso común en resto de las Españas, esto va a ser la fin del mundo. ¿O acaso piensan ustedes que las reclasificaciones de suelo que se están dando en derredor de la capital aragonesa tienen algo que envidiar al mamoneo de Paco "El Pocero"? ¿O quizás creen vuesas mercedes que existe alguna diferencia entre las barbaridades llevadas a cabo en la costa murciana y las que tienen lugar en los valles del Alto Aragón?
Pero, claro, en la Tierra Noble tenemos otras preocupaciones más importantes. ¡Mira que si no nieva y nuestras estaciones de esquí pierden el puente de la Inmaculada Constitución! Eso sí que sería como para meter a alguien en la cárcel.
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