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Entalto Aragón

Con la iglesia hemos topao

Mi columna del viernes pasado en La Comarca   

         Me molesta profundamente el ver como la Conferencia Episcopal irrumpe sin miramiento en el debate político. Lo que está sucediendo con el caso del aborto es inadmisible. No es tolerable que una institución “supuestamente” apolítica, pretenda ahora legislar; deberían de tener presente que aquellos días en que Iglesia y Estado eran lo mismo, ya pasaron.

            Que la Iglesia se posicione en contra del aborto tiene su lógica, y que quiera aleccionar a sus fieles en sus valores morales también; pero de ahí a que pretenda imponer su criterio a toda la sociedad sea o no creyente, supone arrogarse un papel protagonista que no solo no le corresponde, sino que ya perdió hace tiempo. Las mujeres, católicas o no, tienen todo el derecho a decidir.

            Qué legitimidad pueden tener los obispos para intervenir en debates sobre la sexualidad, cuando ellos encarnan lo más retrógrado del pensamiento, y abanderan fórmulas que gozan de un mínimo respaldo social. ¿Qué grado de interlocución en la educación sexual cabe atribuirles a quienes satanizan el uso del preservativo, quienes predican que el mejor anticonceptivo es la abstinencia o consideran la homosexualidad como una conducta antinatural? ¿Qué respeto pueden pretender aquellos que están dirigidos por un Papa que devuelve al seno de la iglesia a los negacionistas del genocidio judío?

            Personalmente no me merece ninguna credibilidad, y me parece lamentable que un Papa censure en África  el uso del preservativo como método para luchar contra el SIDA. Ese mismo Papa consiente que se excomulgue a una niña de 9 años, a su madre y a los médicos que le practicaron un aborto, pero no aplica la misma condena a su violador. Si esa y la oponerse al nacimiento del llamado “bebe medicamento” es su idea de protección de la infancia, se lo tendrían que mirar.

            La Conferencia Episcopal Española debería obrar a sabiendas de que este es un Estado aconfesional, y el Gobierno debería tomar nota de una vez, y apostar por el laicismo como fórmula. Lo más incongruente es saber que esa campaña contra el derecho al aborto, la pagaran los fondos públicos, que saldrán de las arcas del propio Estado, que sigue privilegiando a una institución caduca e intolerante, cuyos responsables son incapaces de avanzar hacia la modernidad.

 

1 comentario

aragones y prou -

Lo cierto es que lo de la Iglesia es un escándalo. Una entidad que excluye a
la mujer de sus órganos directivos merecería ser ilegalizada o por lo menos obligarle a acatar la Ley de Igualdad.

Presentar la campaña antiabortista es indignante,
moralmente repulsivo y éticamente reprobable.

No justifican los abortos ni para el caso de niñas violadas como una menor de 9 años de edad
en Brasil por la alimaña que tenía por padre y que, tras quedar embarazada,
aborta.
Resulta incomprensible el caso de Sevilla en el que un menor con una enfermedad
terrible es curado utilizando el cordón umbilical del hermano y lo condenan.
Pero, ¿qué ocurre cuando la realeza española envía
el cordón umbilical de una descendiente recién nacida a una clínica estadounidense?

¿Es así como se defiende la vida y la moral?

No cumplen la ley de igualdad, encubren culpables, pero les damos prebendas, están exentos de impuestos,
les pagamos su adoctrinamiento en sus escuelas, les facilitamos
infraestructuras y les apoyamos desde el Estado, las CC.AA. y Admón. Local,
les financiamos sus fiestas, sus locales, su impresionante patrimonio
inmobiliario. Y todo "por la gracia de Dios".

¿Estado Laico?

"Qué Dios me coja confesado"