I Carrera de Montaña de Mas de las Matas
El 1 de diciembre teníamos otra cita en el calendario. En este caso y al lado de Alcorisa, se disputaba la I Carrera de Montaña de Mas de las Matas; 14km y 1.000 mts. de desnivel. Por suerte para todos no la organizaron el sábado, que había amanecido con un tiempo infernal.
Como siempre y entre amigos, quedamos en la Plaza Nueva, y partimos hacia la carrera. Daniel Millera, Enrique Espallargas, Luis Palos (debutante con nosotros), Miguel A. Royo (En palabras de Antojo "el masino disidente"), mi primo Ignacio y un servidor. Allí nos esperaba Moises Millán senior, y José Mª Giner (Chusta) que acudió en bici de montaña desde Andorra....(sin comentarios).
Llegamos al camping, y empezamos a cruzar saludos y charradas con otros corredores; había algún masino, gente del Kolectivo Vertikal de Andorra, del Orinoco de Alcañiz. Sobre 0º a esas horas, tiempo nublado y "espurneaba" algún copo de nieve. Pese a lo atractivo de la prueba poca gente en la salida, pero mucho nivel en estas carreras.
Dudábamos de ponernos más o menos ropa, y tras el calentamiento opté por quitarme el cortavientos, y quedarme con una manga; sin gorro y con mi gorra. Sabía que iba a sudar. Nos hicimos la foto de rigor, y ya estábamos listos.
Nos llamaron a la salida y nos advirtieron del recorrido y de como se las gastaba el descenso por una de las sendas. "A la de 3" en marcha; salimos en grupeto, como siempre, Daniel, Enrique, Luis y yo. Ya le decía a Luis que eso de ir a la marcheta...cada uno a la suya, porque a partir del 1 km, la cosa empezó a ponerse cuesta arriba; entramos en la senda, y como es lógico se hizo la selección natural. Ellos marcharon y yo fui perdiendo contacto, aunque lo mantenia visualmente con Daniel. Nos metimos en una senda angosta, por unas preciosas barranqueras, muy bien desbrozadas, y muy divertidas; subiamos y subiamos, hasta el kilómetro 6. Yo iba en tierra de nadie, en la más absoluta soledad, y mirando el paisaje, que sobre todo en las cimas era precioso. De camino hasta el km 6, donde estaba el avituallamiento, me empecé a sentir mucho mejor, ví que podía acercarme a Daniel; en ese momento una pareja que iba más fuerte me adelantó. Llegúe al avituallamiento, me hidraté, comí y marché sin mucha demora. Un par de minutos después y en un terreno muy favorable cuesta abajo, me advierte otro corredor de que hay uno con un esguince y que avise a las asistencias. Me dí la vuelta y empecé a gritar, pero no me oían. "¡¡¡A los de protección civil!!" En fin, que regresé al Avituallamiento y ya se dieron cuenta; seguimos hasta el corredor, que llevaba un huevo por tobillo. Me esperé a ver si llegaban, le ofrecí agua, comida, le pregunté y al final me dijo que marchase.
Fue la anécdota negativa de la jornada; me dejé 7 minutos, pero eso es lo de menos, ante todo deportividad. Decidí tomarme un gel, siempre lo hago cuando llevo unos 50 minutos. Entonces ví que me seguían Miguel A. Royo y su amigo albalatino y me esperé. Se corre mejor en compañía. A los pocos cientos de metrosnos encontramos a un chaval de Caminreal que emergía de la maleza. Se había perdido. Hicimos grupo los 4 y seguimos en un divertido descenso, subidas y bajadas; kilómetro 9 y nos adentramos en la senda. Un pedregal escarpado, pero que erá de lo más divertido. Ya nos avisaron de lo complicado del descenso por esa senda. Con el chico de Albalate nos adelantamos unos cuantos metros y ya perdimos contacto con los de detrás. Lo mejor de ese tramo poder ver el azud de Abenfigo por detrás, que precioso ese punto, que lujo de vistas.
Llegamos al avituallamiento, y desde allí divisábamos perfectamente Abenfigo; quedaba lo más fácil; yo me sentía bastante bien; marcamos un buen ritmo los dos, y llegamos al kilómetro 11. Allí nos dicen que nos quedan 5 o 6 kms. "No puede ser, mi gps marca 11,5 kms. y la carrera es de 14". EL GPS tenía razón; seguimos camino de la meta, con la ribera del Guadalope y sus chopos desnudos a los pies; a falta de poco más de un kilómetro me tuerzo un tobillo; sigo, no pasa nada, pero unos metros adelante me lo vuelvo a torcer. Joder!! Renqueo unos metros y continuo; me pregunta el chaval de Albalate, y le digo que seguimos sin problemas; en esas aparece mi primo Ignacio que volvía a mi encuentro; nos ameniza los últimos metros, y tras encarar la recta de meta, dice que va a por Miguel Ángel. Entramos en meta, 1.43´42; acabo muy bien, muy contento y satisfecho.
Nos vamos saludando y abrazando con los demás corredores, bebemos y comentamos. Unos estiramientos por aquí...te enteras de cómo han ido llegando. Al Chusta le da igual hacerse 37 km de bici antes; Moisés está hecho un titán; Ignacio es otro bicho; Luis una promesa en ciernes; Enrique nunca falla; Daniel está fuerte, y Miguel Ángel y yo, como siempre, a cola y disfrutando.
Valoraciones. El hecho de no haber salido desde la media de Andorra salvo el domingo pasado se nota, es un mes y pico de parón; pero al tiempo tengo fondo, y eso me complace; el poco gimnasio que logro hacer, también se nota. De modo que todo es mejorable; creo que los minutos que bien-empleé en avisar a las asistencias, no los perdí, ni mucho menos, son parte de las carreras, y más para aquellos que las hacemos por disfrutar.
Un 10 a la organización; la carrera estaba bien señalizada, fue muy divertida; las vistas preciosas, desde la cima contemplabas una cantidad de territorio inmensa, casi inabarcable en su belleza. Lo del Azud de Abenfigo me llegó al alma; la de veces que había deseado disfrutar de esa estampa. Muy bien de avituallamientos; al final nos pusieron sol...que más se puede pedir. Si acaso más público y más corredores. Pero me gusta la fecha, y me gusta el recorrido. Volveremos!
P.D.
Felicidades a Antojo, Cristina y Sandra, así como al resto de personal y voluntarios.
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