Vaya veranito
Dejo aquí mi columna de la semana pasada en La Comarca. Lo cierto es que lo veo todo muy negro, muy negro.
Menudo verano que hemos tenido. Ha sido el más convulso de los últimos tiempos, con un sobresalto tras otro, siempre al son de los especuladores que han sido quienes han marcado la agenda. Al final los putos mercados (y no pido perdón por la expresión) se lo van a llevar todo por delante. Hasta la “sacrosanta” Constitución nacida del consenso y del tan manido espíritu de la Transición, será objeto de cambio. Todo sea para contener a la bestia que ataca especulando, que desborda la deuda, que somete a los gobiernos, y que está logrando doblegar a nuestra maltrecha democracia. Y al final el llamado Capital, que es lo que mueve el mundo se sale con la suya. Las democracias europeas postradas ante sus insaciables bolsillos, ávidos de más y más dinero, y la ciudadanía, otrora orgullosa y segura de su modelo de Estado, ahora desconcertada e indignada a partes iguales.
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