AMENAZAS
Mi columna del viernes pasado en La Comarca
Quiero aprovechar esta tribuna para solidarizarme con el pueblo de Aguilar de Alfambra. Sus gentes libran estos días, y desde hace meses, una lucha desigual. Una batalla por la dignidad y por el futuro sostenible en el que creen. No hace mucho que allí desembarcó una de esas multinacionales falta de escrúpulos, ávida de recursos y con multitud de medios a su alcance, para abrir una gigantesca mina de arcillas, a solo 2 Km. del casco urbano.
Pertrechada tras sus abogados, peritos y con la “promesa” de crear empleo (2 puestos), ha iniciado su ofensiva contra el pueblo de Aguilar y buena parte de sus 70 vecinos, hoy agrupados en una plataforma que bajo el nombre “Aguilar Natural”, se opone a la mina. La empresa de marras, una tal WBB plantea un contencioso contra la decisión del Ayuntamiento, de no emitir una licencia ambiental por considerar que el proyecto debe someterse a una declaración de impacto ambiental, que es competencia del Gobierno de Aragón.
Este es el primero de una serie de proyectos que están previstos en la zona del Alfambra, que sin ningún escrúpulo acabarán ensañándose con el paisaje y con el medio natural de nuestra provincia. Una vez más la falta de una ordenación del territorio, de una planificación en la explotación de nuestros recursos, pone en entredicho la capacidad de la administración para resolver estos problemas. De fondo las competencias entre los ayuntamientos y el Gobierno de Aragón. Las administraciones no pueden inhibirse en casos como el del Alfambra, pero legislar deprisa y corriendo en apoyo de Gran Scala.
Vivimos bajo la llegada de constantes amenazas, nuestro rico subsuelo, nuestros montes, nuestro territorio, son pasto de proyectos sin escrúpulos, que obligan a una inmediata ordenación de nuestros recursos, y a un necesario reparto de la riqueza. Ordenar las explotaciones mineras, que no se solapen a la vez con parques eólicos, con líneas de alta tensión, gestionar el recurso en beneficio de todos. Solo un proyecto político contempló en perspectiva el desarrollo de Teruel y su ordenación territorial, fue el de la II República, y ahora que la conmemoramos, vale la pena volver la vista atrás, para recordar y valorar aquel modelo del que tanto tenemos que aprender. SALUD, SOSTENIBILIDAD y REPUBLICA.
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