El respeto a la diferencia

Vuelvo tras mi viaje por tierras galas, y tras un fin de semana consagrado al tambor y al reencuentro. Dejo aquí el artículo de La Comarca del pasado viernes, no sin antes solidarizarme con mi compañera Pilar Santos que está padeciendo en primera persona una campaña de descrédito y difamación intolerable, y que lo está pasando ciertamente mal. 

            Lo acontecido el pasado sábado en La Codoñera ante un acto que organizaba CHA para explicar la Ley de Lenguas, es algo difícilmente calificable, como buena parte de lo que he escuchado y leído estos días. Diré que hubo un boicot, y que a mi compañero y amigo Marco Negredo (acompañado por Pilar Santos y Paco Oliver)  le impidieron dar su charla. Ante un evento como este, que organiza legitimamente un partido sin más ánimo que el informativo, quedaba la opción de respetar a quienes solo pretenden informar; que no aleccionar, sino dar a conocer una ley que ha sido aprobada en las Cortes de Aragón. Decía que queda la opción de respetar, y la otra opción es la de no acudir a ese acto. Pero parece ser que en este caso se tomó el camino de en medio, y se boicoteo la charla, sin más.

            Interpretaciones puede haber muchas, y opiniones todas aquellas que tengan cabida en los límites que fija el respeto. La democracia nos brinda la opción de discrepar, y podemos y debemos de hacerlo, faltaría más. Pero la democracia también es tolerancia y respeto a la diferencia. La Ley de Lenguas podrá gustar más o menos en algunos sectores, pero es una ley que emana de las Cortes, y que avala una mayoría parlamentaria que ha contado con un refrendo previo en las urnas. Huelga decir que discrepo en muchas ocasiones del poder legislativo, pero lo hago desde el respeto, y acatando lo que decide la mayoría.

            Con la charla de La Codoñera, CHA pretendía dar respuesta a la demanda de información de un sector de aquella población, que aunque minoritario en la defensa de esta ley, tiene todo el derecho a reclamar información y a querer saber. A partir de ahí, todo lo demás. Solo hay que dejar hablar. Yo ante lo acontecido, me remito por convicción, al democrático principio del respeto a la diferencia.