DEBATE SOBRE EL ESTADO
Hoy empieza en el Congreso de los Diputados el Debate sobre el Estado de la Nación. Por vez primera en la democracia, a ese foro no asistirá ninguna voz aragonesista. Nadie va a hablar en nombre del país, nadie va a poner sobre la mesa los problemas con la Opel, el paso por el Pirineo central, el déficit de infraestructuras, el pago de la deuda histórica, el desarrollo del Estatuto o los temas de financiación, por poner algunos ejemplos. Ya no hay expo de la que presumir, ni Zaragoza que pregonar al mundo.
El debate volverá a ser lo de siempre, el dichoso bipartidismo y como dice mi amigo Ernesto Jartillo "En este mundo bipartidista me cago también en el bipardismo". Pues a eso es a lo que nos vemos abocados. Unos y otros venderán la gloria de sus idolatrados líderes, loaran su verbo y sus formas, cantarán su victoria en una justa dialéctica que no dejará de ser un cara a cara entre dos, con Aragón al margen. Me da igual quien gane, sinceramente, porque esta será la tónica los próximos años. Me da igual la soledad parlamentaria y la madre que la parió, porque aquí los que más hemos perdido somos los que nos hemos quedado sin voz. Mucho se añora estos días a Labordeta, que era una voz por y para Aragón, y para esos pueblos españoles del interior olvidado y despoblado que recorrió con su mochila.
Sorprendentemente aquellos que se van a dar hoy en los morros en todo momentos, se dieron la mano la semana pasada para asumir el gobierno vasco. Asombroso que se unan para llegar al poder, y no lo hagan para sacarnos de la crisis. Repugnante más bien.
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