Nuestros valles y cabezos no están venta
Esta es la columna que hoy me publican en el Periódico La Comarca, aunque por problemas de espacio, ha tenido que ser recortada.
Por si alguno de ustedes no lo sabía, está previsto que en breve de comienzo la construcción de una línea de Alta tensión, que partiendo desde Mezquita de Jarque y finalizando en Morella, servirá para evacuar nuestra riqueza energética (de la que en Aragón somos excedentarios) al Levante, favoreciendo el desarrollo de otros territorios, y dejándonos a nosotros un paisaje masacrado por torres de hasta 80 metros de altura, que atravesarán nuestros valles y montañas. Al tiempo, podremos observar una nueva estampa en nuestro horizonte, y es que más allá de lo que alcance nuestra vista y cual “champiñones”, nacerán al calor de la línea y en todos nuestros cabezos decenas de parques eólicos, y así, solo veremos aerogeneradores que darán su luz a la costa y nos dejarán a nosotros las afecciones medioambientales, sonoras y paisajísticas.
A la hora de elegir el modelo de desarrollo turolense, nuestros próceres zaragozanos y los de Madrid, a quienes se les llena la boca de “sostenibilidad”, han decidido que seamos los turolenses los paganos de su desarrollo, y para ello lo mejor es destrozar nuestros paisajes, empeorar nuestra calidad de vida, y poner en peligro nuestro modelo de turismo sostenible, por cuatro miserables euros. ¡Cuanto mal está haciendo el ejemplo de La Muela, ese paraíso de corruptelas y desmanes urbanísticos, que ahora todos los municipios quieren imitar cual panacea financiera! Prueba de lo positivo de las plantaciones de aerogeneradores en nuestras cumbres es que, la Comunidad de Madrid ha protegido sus sierras contra cualquier tentación eólica, ya saben allí que nadie le negará a Madrid la luz que necesita, ni tampoco a Barcelona, pues siempre quedaremos los turolenses para aportar nuestro sacrificio al desarrollo de los demás. Aquí como algunos políticos callan, a los ciudadanos les toca hablar, y así, surgen movimientos, como el Colectivo Sollavientos, para reivindicar la conservación de nuestro patrimonio natural y nuestros paisajes.
Porque, después de todo esto, ¿a nosotros qué nos queda? Sencillo, nos quedan los tendidos, los “molinos”, las torres de alta tensión, las afecciones a la salud… pero perras mas bien pocas. Ni siquiera ese sacrificio revertirá en nuestro desarrollo. Me gustaría poder decir que nuestros valles y cabezos no están en venta, pero chocaríamos con el interés general de Madrid, de modo que habremos de decir que no están en venta a cualquier precio. Un alcalde amigo mío ponía encima de la mesa contraprestaciones millonarias, rehabilitación patrimonial y un porcentaje de los beneficios de explotación de la línea. Puestos a perder del turismo natural....que cunda ese ejemplo y al menos sacaremos algo para nuestros pueblos, que a ver si encima aún tendremos que "poner la cama".
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