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Malas noticias

Malas noticias

Hoy tenía pensado escribir sobre el Medio Ambiente, sobre el Día Mundial del Medio Ambiente, un problema muy grave, y que vendría a poner un impass en la política municipal, que ha monopolizado mis post en las últimas fechas. Pero a pesar de mis intenciones, y de lo mucho que me apetecía decir al respecto, pues nos hemos topado esta madrugada con la ruptura de la tregua por parte de ETA, con la vuelta del fascismo, de la sinrazón y de la violencia. Eso es una muy mala noticia, la peor. Habrá compañeros concejales de muchos pueblos de Euskadi, que habrán sentido un escalofrío al escuchar las noticias, volverán a estar en el punto de mira de los asesinos, por el mero hecho de querer trabajar por su pueblo, y eso es tan injusto, tan ingrato. Me resulta demasiado doloroso el comprender estas cosas, no alcanzo a entender que las ideas sean objeto de persecución, objetivo de los pistoleros.

Todo esto es una mezcla de sensaciones inexplicables, la impotencia, el hastío, y sobre todo la desazón, por lo que consideraba una situación del pasado, del ayer. Pero no, los asesinos, los pistoleros del fascio vuelven porque no saben que hacer, porque en su infinita estupidez son incapaces de obrar como seres normales, lo que por otro lado no son, lo que por otro lado no han sido nunca. También a mí me repugna ver a De Juana Chaos, del mismo modo que me repugnaban otras actitudes, y no precisamente desde el entorno abertxale. lo que más me desasoiega, es que en lugar de encontrar la unidad de todos como respuesta, estarán los de siempre pidiendo responsabilidades, separando en lugar de hacer piña, pidiendo adelantos electorales, y haciendo política de un asunto que lo único que requiere es la unidad de los demócratas, porque somos infinitamente más fuertes.

Solo cabe esperar que la ruptura de la tregua, ese fin del alto el fuego quede en una amenaza, la que por otro lado siempre ha estado ahí, muy presente entre todos nosotros. Cabe pedir unidad, firmeza y diálogo, lo demás solo alienta a quienes pretenden escribir la historia con balas.

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