A buenas horas!

Dejo este artículo que hemos escrito con mi compañero y amigo Adolfo Villanueva, a la sazón, Secretario Territorial de CHA en Teruel.

   Si por algo está mal vista la clase política por parte de los ciudadanos, es por cosas como las que vemos estos días, con una suerte de dirigentes abonados al seguidismo, a la demagogia, y sobre todo a practicar una desmemoria que sonroja a cualquiera. Parece que haga lustros desde que el PSOE gobernase en Madrid, sobre todo después del cinismo con el que se manejan sus representantes turolenses, que se acuerdan ahora de que la A-68, hoy un eje prioritario para las filas socialistas, durmió durante 7 años el sueño de los justos en el cajón del Ministerio de Fomento, aún con Víctor Morlan, el poderoso Secretario de Estado, en el cargo. Pero tampoco olvidemos que la A-40 sigue siendo, lo mismo que ya fue, un anhelo de los turolenses que tardaremos lustros en transitar. Igual que la conversión en Autovía del tramo Alcolea del Pinar-Monreal del Campo, o de ese siempre futurible corredor ferroviario Cantábrico-Mediterráneo; todo ello víctima de los recortes y pasto de las ‘vacas gordas’.

 

   Lo mismo podríamos decir de esa N-232 (futura A68) que año tras año era reclamada por los agentes sociales, y por partidos como CHA, sin que se moviese ni un euro en la ejecución del proyecto, y ello aún cuando todos los gobiernos de la época eran del color socialista.

   Sorprende que ahora PSOE critique la inoperancia de la Comisión Bilateral, y que se diga que se instrumentaliza por el socio de gobierno, que lo es ahora del PP, y lo fue durante 12 años del PSOE, sin que ni entonces, ni ahora, haya variado un ápice en su comportamiento y en su gestión, alentado por un Marcelino Iglesias hoy desaparecido, y cuya voz en defensa de los intereses de Aragón en el Senado parece haberse ahogado.

 

   Y diremos lo mismo sobre unos presupuestos que para Aragón son insulto, son una indecencia que aplaude el PP aragonés, que consiente sin sonrojo el PAR, y que son fruto de aquel Estatuto (Estatutico diríamos nosotros) que aprobado con toda pompa y boato, no fue, no es, y no será capaz de garantizar una mínima inversión del Estado en Aragón; porque por aquel entonces, ni PP, ni PSOE, ni IU, ni por supuesto el PAR, se atrevieron a defender ese autogobierno del que hoy algunos pretenden hacer bandera, cuando otros lo tenemos en el ADN fundacional.