EN APOYO A PALESTINA

Mi columna de La Comarca del pasado viernes.

Hablar de la cuestión Palestina es hablar estos días de un genocidio en toda regla, de una limpieza étnica impulsada por un Estado, y consentida con la complicidad de la comunidad internacional, que más allá de alguna que otra petición de cara a la galería, es incapaz de exigir un alto el fuego sin paliativos en la franja de Gaza.

El Estado sionista de Israel masacra sin piedad al pueblo palestino, lo hace con absoluta impunidad, sin atenerse a la legalidad vigente, sin respetar las resoluciones de la ONU que demuestra una vez más su incapacidad para afrontar crisis de esta envergadura. Israel asesina a niños, viola todas las convenciones internacionales, corta los suministros de luz, de agua, y los suple por bombardeos y por asesinatos. Israel mancilla los derechos humanos, pervierte el sentido de la ayuda humanitaria y se jacta de “conceder” treguas de 3 horas al día para que lleguen los convoyes con la ayuda.

Y entre tanto todos callan, muchos demuestran su enfado, pero nadie se atreve a condenar al gobierno judío. Demasiados intereses y demasiada desmemoria, y sobre todo para ese Estado opresor, que fue víctima del exterminio, de un holocausto sin precedentes hace poco más de 60 años. Hoy son ellos quienes obran del mismo modo, Gaza se ha convertido en un gueto, como lo fue el de Varsovia, y hoy el pueblo judío pasa de víctima a verdugo. En España, dónde por cualquier “desliz” se ha llamado a consultas a un embajador en Marruecos, Cuba o Venezuela, se olvidan de la realidad, y  el gobierno se pliega a una diplomacia chusca y complaciente, que teme desairar a un Estado genocida y represor.

Por todo ello debemos de exigir al gobierno español que llame a consultas a su embajador, no basta con pedir un alto el fuego, hay que exigirlo e imponerle sanciones a Israel y a sus dirigentes por crímenes contra la humanidad. La complicidad se paga, y por eso somos muchos los ciudadanos de este país que condenamos el genocidio. El mundo no puede volver a mirar hacia otro lado. Así pues ante el silencio vergonzoso de la Comunidad Internacional y demás organismos competentes hay que pedir la movilización de la ciudadanía para que actúe sumándose a este y a otros actos de condena de la agresión al pueblo palestino. Por la Paz y contra la Guerra. No al genocidio en GAZA.