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Entalto Aragón

PLATAFORMAS Y MOVIMIENTOS NECESARIOS

 

Siguiendo con la tónica de estos días, y tras el encuentro de la semana pasada con la gente de Teruel Existe, dejo por aquí mi columna de La Comarca,  que alude a estos temas del incoformismo rural.

            Anda estos días la Tierra Baja sumida en procesos asamblearios, al albur de viejas y soñadas reivindicaciones. Es bueno que brote ese inconformismo, que surjan de las entrañas bajoaragonesas, agostadas por tanta promesa incumplida, voces que exigen y que reclaman. Sería bueno que esos mismos baldíos alumbrasen a una voz capaz de aunar a todas las ideas, que abanderase una lucha por lo que es de justicia.

            Quien más cerca estuvo de lograrlo y ahora cumple años es Teruel Existe, un movimiento que en su día fue capaz de ilusionar y de movilizar a toda la provincia. Esa plataforma que se haya en curva descendente, ha padecido varios males, desde el ombliguismo capitalino, al arrivismo interesado,  pasando por diversos ciclos de más o menos olvido. Los ha habido que medrando al calor de la Plataforma han hecho carrera política, y los hay que se han vinculado y desvinculado según el color del gobierno. También están quienes han permanecido fieles, con su compromiso intacto y una entrega total a la causa turolense. En cualquiera de los casos, sigue siendo necesario el que la ciudadanía reclame y exija a la administración que salde sus deudas y que cumpla con sus compromisos.

            Teruel Existe ha logrado ubicarnos en el mapa, se convirtió en un grito de guerra inmejorable, y ha conseguido que hasta los presidentes del gobierno escuchasen la voz de su ciudadanía. Lo ha logrado por defecto, porque en toda la provincia aún no ha nacido el proyecto político que concite el apoyo mayoritario de la población, aquel que sea capaz de trasladar sin ambages un discurso contra el olvido, reclamando lo que por justicia histórica nos corresponde.

            Conviene recordar que todavía está por definir nuestro modelo de futuro, y ningún movimiento debería de inhibirse de esa responsabilidad. El futuro no solo pasa por la petición de infraestructuras, ni por explotar el victimismo localista. El mañana de esta tierra es mucho más, es un mañana compartido. Si caemos de nuevo en el ombliguismo, volveremos a perder el tren. Es necesario compartir y debatir. Hace falta un movimiento capaz de liderar y enarbolar una reivindicación que nos una, sobre un modelo que sea sostenible y solidario. A ese tren nos subiremos muchos, para otras aventuras que no cuenten conmigo.

 

 

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