¿Crisis, qué crisis?
Mi columna del viernes en La Comarca
De un tiempo a esta parte me planteo poner en duda la existencia de la crisis, porque por lo que uno lee y escucha parece que vivimos en el país de las maravillas. Todos los días nos desayunamos con un algún macroproyecto y una nueva cita internacional para Zaragoza. Lo más mareante son las cifras, porque parece ser que el método para el desarrollo de los proyectos es el engorde. Unos cuantos millones de potenciales visitantes (los cálculos “oficiales” señalan que uno de cada dos turistas que vengan a España, irán a Gran Scala), varios miles de millones de euros de inversión y de empleos a crear (echarla siempre bien gorda), se convierten en receta mágica para los incautos ayuntamientos, que van y se lo creen.
El aderezo mágico para la “idea de bombero” de turno es decir que avala un fondo de inversión árabe (preferentemente saudí). Le añaden un nombre en inglés y una presentación acorde, con mucho dibujo en 3D y la música de Indiana Jones, y se deslumbra a cualquiera. El aliño se completa con unos casinos, un circuito de velocidad, un parque de atracciones y un campo de golf, y ala, ya tenemos el futuro resuelto. Si además en algo del proyecto participan Foster o el Calatrava, el triunfo es antológico.
Ahora mismo sobre la mesa, además del despropósito de Gran Scala (17.000 millones), tenemos un proyecto de desarrollo para el Sobrarbe que incluye circuito de Fórmula 1 (que entre ese, el de Alcañiz y Montmelo se harán medio mundial), por 3.000 millones. Una ciudad de la música no recuerdo dónde, por 600 millones. Por aquí cerca nos cae un poblado medieval de modestas proporciones y “solo” 30 millones de euros de inversión. No olvidemos la ampliación de Cerler, 800 millones de euros y alguna otra locura más. A todo ello hay que sumarle que cada semana se promete el parque eólico o la planta fotovoltaica más grande de Europa (para chulos nosotros). Y finalmente las cosas de Belloch, Expoborraja y la Capitalidad Europea de la Cultura.
Quien nos iba a augurar semejante futuro en medio de la crisis más gorda de la historia y con las arcas públicas vacías. Solo en tierra de pardillos esto posible, y es que así nos ha ido siempre y así nos irá.
3 comentarios
Ángel -
Aragones y prou -
Según el señor Del Río, alcalde de Albalate, haciendo honor a su apellido y creyéndose dueño "del río", la elevación de aguas se realizaría por la noche aprovechando la tarifa nocturna.
Señor Del Río, la tarifa nocturna no existe desde enero del 2008.
Moraleja, la elevación costará infinitamente más de 61,30 millones de .
¿Y los pantanos de la zona infrautilizados y olvidados? Tienen cota superior a la de los pueblos receptores, cantidad sufiente y calidad de aguas para boca y agricultura, por tanto coste muy inferior. ¿Entonces?
¿Poco margen de negocio?
Marco N. -