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DEPORTE Y DESPOBLACIÓN

LLevaba dos años con este espacio parado. No pretendo nada, como si no lo leéis, simplemente que dejaré aquí lo que vaya escribiendo. Esto lo mandé hace un par de semanas al Diario de Teruel. 

 

DEPORTE Y DESPOBLACIÓN

                Hablar de las consecuencias que tiene la Despoblación en el mundo del deporte no es lo habitual; pero nos afecta y mucho. Comentaba con el director de este medio una denuncia twitera a propósito de lo que viene aconteciendo con el CD Teruel, y aquella alineación indebida no resuelta por la Federación Española de Fútbol, a la que bien poco parece importarle lo que acontezca por aquí. Para una ciudad como Teruel no es lo mismo estar en Tercera, que en 2ªB, por todo lo que genera. Pero a ellos que están en las Rozas igual les da. ¿Imaginan ese proceder con el equipo de una gran ciudad?

                Los del medio rural vaciado hemos podido presumir siempre de las facilidades con las que podemos practicar deporte al aire libre; todo iba a bien hasta que el deporte se convirtió en negocio. Desde ese instante hemos ido a peor; y todos los ejemplos evidencian esa tendencia. Zaragoza puede organizar cada fin de semana una carrera popular y cortar el tráfico; hacer una prueba deportiva en un pueblo, ya sea una carrera de montaña, un cross o una prueba en BTT requiere armarse de paciencia, gastar un pastizal y vivir con la angustia de si será o no posible contar con el permiso pertinente.  Exigen tantos papeles y tantas cosas que agotan y desesperan a un tiempo. Cuando las federaciones vieron que el  deporte es un negocio se decidieron a explotar el maná sin remilgos. Y lo hacen de varias formas; desde las tasas por expedir permisos y por visar eventos, a las licencias federativas. Quedaba un último elemento para retorcerlo todavía más, y es modificar las normas para que no quede otra que pasar  por el aro; esto es, que tengas que tener título para todo; que para contar con ese título tengas que ir a Zaragoza a sacar el curso en cuestión, de técnico, entrenador, auxiliar…y pagar el consiguiente impuesto revolucionario, además de que pones tu tiempo, tu coche y tu bocadillo.  Tal vez para quienes viven allí la cosa es muy sencilla, pero para los que estamos en los pueblos no tanto. Lo digo, y pongo ejemplo con nombres y apellidos, por el problema que atraviese el Alcorisa Fútbol Sala, equipo con una trayectoria de 30 años, al que exigen contar con un entrenador que tenga el título de máximo nivel, para poder seguir defendiendo su plaza en 3ª división. Mira que es mala suerte que ahora mismo no tengamos a nadie con ese perfil. Mira que sería desastroso que no dejasen que esos chavales jugasen al fútbol sala por un capricho federativo. Ya no vale que te guste el deporte y te decidas a entrenar por amor al arte, ahora poco menos que te piden la misma formación que a Zidane. Es absurdo y siguen poniendo puertas al campo. Pagas lo mismo que el resto, gastas en desplazamientos mucho más que el resto, pero te encuentras con estas normas que apenas afectan al resto.

                Si uno hace una historia sobre la evolución de los clubes deportivos turolenses y su devenir en los últimos 20 años, el resultado es desolador. La de equipos que se han quedado en el camino; primero los de fútbol, la de campos que hay sembrados de malas hierbas…y ahora van los de Fútbol Sala. Ya no podemos ni organizar una prueba de Ciclismo en Carretera, que han pasado de 14 a ninguna en Teruel. Sigamos sumando agravios y desastres. La oferta de actividades de nuestros pueblos un sábado por la tarde es más bien escasa en invierno; de ahí que un partido sea una excusa para salir de casa, ir al pabellón y disfrutar (o no) un rato de nuestro equipo. Un evento deportivo es vida para un pueblo y negocio para una ciudad; ahí reside la gran diferencia. El deporte es pues otro síntoma, la evidencia de que seguimos sin contar.

 

 

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