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Entalto Aragón

El deporte español no tiene precio

  Es mentira, es mentira el deporte, es mentira el espíritu deportivo y es mentira todo lo que rodea a este negocio. Lo de la operación Galgo y la detención de Marta Dominguez, a la sazón vicepresidente de la Federación Española de Atletismo, constata esa realidad. Las conversaciones que forman parte del sumario, los datos que se van desvelando apuntan hacia algo asqueroso. 

  Asqueroso como lo fue cuanto rodeo a la Operación Puerto, y asqueroso que las autoridades españolas hayan permitido al "doctor" Eufemiano Fuentes mantener su licencia y seguir ejerciendo la medicina como si tal cosa. 

   Lo más vergonzoso de todo esto, es que los medios alienten, poco menos, que una caza de brujas y que pongan ante el disparadero a deportistas que sobreviven como pueden con míseras becas, sin patrocinios, aspirando a no ser más que olímpicos y mundialistas, y dejándolo todo en los entrenamientos. Es juzgar al todo por la parte. Una parte asquerosa y vomitiva, que cuenta con todos los parabienes y apoyos.

  Espero, confío, que uno de estos días, esa persecución a la que han sometido a los ciclistas y a los atletas, que hace que el atletismo y el ciclismo estén en entredicho, se lleve a cabo, mediante un procedimiento sano, transparente y público, hacia el mundo del fútbol. Ya está bien de amparar a esos millonarios sin humildad, que solo despiertan amores.

Que los futbolistas de la selección española de fútbol campeona del mundo, recibiesen 500.000 € de prima, y que las autoridades permitiesen que ese dinero fuese declarado en Sudáfrica para tributar menos, es un escándalo, que ningún medio de comunicación ha denunciado. En cambio ninguno ha tenido empacho en ponderar los méritos de esos chicos a los que tantos buenos valores se les presuponen, cuando se les ha concedido el PRINCIPE DE ASTURIAS, ahí es nada.

   Que el mundo del fútbol deba 5.000 millones de euros a la Tesorería de la Seguridad Social, y nadie lo censure, es otra vergüenza nacional; y más aún el hecho de que ese dinero hubiese permitido no tener que privatizar patrimonio público, que no se subiesen los impuestos o reducido las prestaciones sociales. Eso lo consiente y lo alienta un partido socialista, que es el que gobierna; lo tolera y lo calla el Secretario de Estado para el Deporte, que mantiene al mundo del fútbol con un estatus de impunidad absoluta, y lo ampara la ministra de Economía y Hacienda. Esa es la realidad española, esa es la vergüenza del deporte, y del gobierno que se dice socialista.

  Que el presidente del Hércules confiese que compró partidos para lograr el ascenso, y aquí nunca pase nada, no tiene precio. Que el inútil de Villar presida ad eternum un órgano estúpido, interesado y recaudatorio, como la Federación Española de Fútbol, tampoco. 

  Vergonzoso a partes iguales es lo que hace el PP, o decir que se destapa la Operación Galgo para tapar lo de los controladores. Una estupidez más, en este reino de tontos, donde a nuestros excelsos deportistas como Fernando Alonso, se le permite tributar en paraísos fiscales como Mónaco, y se la hace ídolo nacional. País de GILIPOLLAS, Deportistas de MIERDA. Tributa tus impuestos en paraísos fiscales, no cumplas con el fisco español y gana dinero a espuertas que te haremos ídolo nacional y te daremos el Príncipe de Asturias  (por Arancha Sánchez Vicario, Fernando Alonso y Selección Española de Fútbol), Para todos los demás A PAGAR que HACIENDA solo somos unos cuantos millones de Gilipollas. 

Viva el deporte AMATEUR y los deportistas humildes. Si al atletismo, al ciclismo y al fútbol, y sí a la tercera división. 

 

 

3 comentarios

Belén Bailo -

Suscribo lo dicho. Apesta todo eso. Lo peor es que esté tan cerca de algo tan valioso como es el deporte y lo que lleva consigo. Una cosa es el espectáculo; intereses, dopajes, mentiras, chantajes, tongos, etc..., y otra el deporte; beneficios mentales y físicos, tantos que no es para escribir aquí un Tratado. Ya sabéis a qué me refiero.

Que no manchen una de las cosas más sanas que tenemos, separémoslo. Una cosa son ellos y otra cosa son (somos) los aficionados, los practicantes o llamémonos como sea.

Y respecto a lo de la sociedad que les dejaremos a nuestros hijos, hay cosas que ni los Ronaldos ni Belenes ni Pericos nos podrán quitar; la integridad, la honestidad, la fidelidad, la generosidad, la ética, la cultura(sin ella no se tiene auténtica vida privada y libre) y como consecuencia de todo esto el respeto a uno mismo, que es la base qeu nos sustenta. Sonará a topicazo y a demagogia barata, pero es cierto.
Que les den por el saco a la gente que no se entera de las cosas que al final son las que de verdad importan, las que nos dan satisfacciones, las que nos hacen estar contentos con nosotros mismos. Y a pesar de ellos y por ellos transmitamos a nuestros hijos todo eso. Es la mejor herencia, la que les hará personas y la que les hará disfrutar de todo lo que la vida les pueda ofrecer.
Perdón por el rollo filosófico chicos, pero es que a veces una se cansa de tanta bajeza y chanchullo y le sale la vena. Lo dicho, suscribo lo que dices en el artículo, Ángel, y los dos comentarios.

Un saludo

Belén

Ángel -

Lo peor es eso, que los valores que se les inculcan a los niños y niñas desde los medios priorizan el éxito por encima de cualquier cosa. Y nada decimos de la superación, de la diversión.
Hoy da la sensación de que el deporte más allá de como una actividad, se plantea como una inversión de los padres. Horror!! Pero es lo que hay, un mundo de triunfitos, de Belenes Esteban y de Cristiano Ronaldo. Pedazo de referencias

Negro -

Dan ganas de apretar a correr (en el sentido deportivo de la palabra). La gente lo sabe y lo consiente (lo consentimos). El uno tapa al otro y esos pocos se llenan los bolsillos con dineros que más valdría emplear para otros "asuntos" más importantes. Se ríen en nuestras narices y nosotros los encumbramos. Ángel, vaya mierda de sociedad que les estamos "regalando" a Lorién y a Asier. Luego nos dirán que de mayores querrán ser como el Cristiano Ronaldo de turno... se me revuelven las tripas solo de pensarlo, pero intentaremos llevarlo lo mejor posible.