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Entalto Aragón

Año de Nieves

Aquí dejo mi columna de La Comarca del pasado viernes.

            Ya ha pasado el puente de la Constitución, que ha sido más corto de lo deseado, pero no por ello menos intenso. Según nos cuentan los niveles de ocupación han estado casi al 100% y las pistas rebosantes de ávidos esquiadores. En nuestras montañas se frotan las manos pensando en lo históricas que pueden ser las vacaciones de Navidad.

            Lo más sorprendente de la “resaca” del puente, son las voces que se han alzado para pedir que amplíen las estaciones de esquí, para que se invierta más en el ámbito de la nieve y así crezca el negocio, podían haber ganado más. El lucro con dinero público es maravilloso, pero esos que el año pasado pedían ayudas para paliar sus pérdidas, nada dicen de repartirlas ahora. Parece ser que no basta con colgar el cartel de completo, hay que ir más allá.

            El asunto en cuestión ha dado para mucho esta semana, y los que observamos desde el secano, tenemos muy claro lo corta que es la memoria y lo fácil que es olvidar. Sin ir más lejos el año pasado para estas fechas, los hosteleros y responsables del sector, ponían el grito en el cielo, clamando ayudas ante una campaña invernal desastrosa. Se alertaba entonces contra el cambio climático, contra el descenso de las precipitaciones. Se advertía de lo incierto e inseguro que resultaba el apostar por un negocio que depende exclusivamente del tiempo, se incidía en los riesgos del monocultivo de la nieve y en sus afecciones medioambientales. Se olvida que es una evidencia, que por aquello del cambio climático cada año nieva menos, y que las precipitaciones son totalmente irregulares. Los que este año piden inversiones, omiten que los altibajos en la última década han sido más que notables en el turismo de invierno, y que nada nos garantiza que a corto o medio plazo tengamos en activo nuestras estaciones.

            Deberíamos de ser un poco más consecuentes con la realidad de nuestro tiempo, no olvidarnos tan pronto. Sería bueno recordar lo que ha sucedido este mismo año, no olvidar que en primavera padecíamos la más severa de las sequías, que se planeaban trasvases y todo tipo de medidas de urgencia, y que de aquel “lejano pasado”, nos separan solo 5 meses. Aprovechemos este que promete ser año de nieves y año de bienes, pero sin que la avaricia rompa el saco, que siempre acaban pagando justos por pecadores.

 

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