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EL GRAN MANIPULADOR

EL GRAN MANIPULADOR

Mi columna del viernes pasado en La Comarca, siguiendo a vueltas con la memoria, mas necesario que nunca ahora que viene tocando la moral el impresentable de Rouco Varela, otro Gran Manipulador y un Gran Cacique.

 

“Cuesta juzgar a Franco. Una de las mayores dificultades para comprenderle es la espesa cortina de propaganda que le oscureció en vida, e incluso después”. Así saluda a los lectores Paul Preston en su último trabajo,  “El Gran Manipulador. La mentira cotidiana de Franco” una obra imprescindible para los amantes de la historia, y más en estos tiempos en los que asistimos a un revisionismo interesado, y a la necesaria eclosión de nuestra memoria.

Preston señala que muchas de las creencias populares sobre el Dictador son falsas, que no fue el general más joven de Europa, ni el responsable de la neutralidad española, o el impulsor del “milagro” económico de la España de los 60. Fue en cambio el responsable de una bestial represión con más de 130.000 muertos, y a pesar de ello, y como señala el autor inglés en una entrevista a La Vanguardia “…Tiene mejor imagen que Pinochet, que asesinó a 3.000 chilenos".

Franco se mantuvo en el poder gracias a una política de terror impuesta tras la Guerra Civil, gracias a un aparato propagandístico a su servicio durante 39 años, y a un contexto internacional benévolo y condescendiente con la dictadura y sus prácticas.

En estos días en los que habrán vuelto a descubrirnos el 20-N y cuanto lo rodeó, cuando nos ofrecerán la imagen de un anciano enfermo y aparentemente incapaz de de “romper un plato”, no podemos olvidar que estamos ante la figura de un criminal de la humanidad, al que la historia y las instituciones deben de juzgar y conminar al abominable lugar que le corresponde. Paul Prestón logra desenmascarar al dictador, para que no olvidemos quien fue y cuales fueron sus obras. Mientras él reposa bajo la losa del Valle de los Caídos, aún son miles las personas que siguen sin saber dónde llorar a sus muertos. Seguimos en deuda con nuestra historia, y le pese a quien le pese, y por muchas zancadillas que ponga la Audiencia, tenemos derecho a saber y a exigir que se haga justicia. 

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